Museo Picasso Málaga

No había visto yo tantos jerséis de cuello vuelto en Málaga.

LifestylePijo de cuello vuelto, a juego con los pinganillos -también negros-, y pantalones Dior; en cada uno de los Cuidadores de Sala. Fuera, en la calle Alcazabilla 23º C, granates y verdes, a la sombra.

Y el caso es que la primera impresión es muy buena. Buenísima. El edificio es una maravilla.

Pero poco a poco se diluye. Quizás sean los detalles; La iluminación, ó los cristales, ó los Grupos de visitas (sic, también en Domingo) ó la prohibición de hacer fotos del edificio ó una mezcla de todo.
El Domingo, alguien dijo que si Picasso viese tantas paredes, y tan blanquísimas, y tan zen todo, las hubiese pintado. No lo sé.

las fotos

Ni pensar en entrar al Patio con cámara fotográfica. No. Ellos te la guardan (servicio incluido en los seis eurazos de la entrada). Por lo del copyright.
La sensación, a intervalos, es que los protagonistas no son los cuadros, ni las esculturas, ni las cerámicas, sino el atrezzo –que incluye, por pura maldad, a los cuidadores-.

los cristales en los cuadros

Algo bueno es que la iluminación y los cristales delante de los cuadros te dan las posibilidad de arreglarte el pelo cuando te pones enfrente. Eso y que al final acabas consiguiendo contorsiones del cuello que ni sabías que podías hacer, en busca siempre de ángulos imposibles.
En El Prado, a Velázquez le puedes mirar así, al natural -y le puedes tocar, pero no lo haces-. Porque en Pintura, las pinceladas son importantes y si Las Meninas tenían acné, tú lo notas.

y los Grupos

Y tampoco sé dónde eligen a los Directores de Grupo, y si les hacen la prueba de acceso de La Granja de los Famosos para poder entrar. El Domingo tuvimos dos grupos .

Uno de los Directores de Grupo era una mezcla desequilibrada de Picasso y Juanito El Golosina. Dos en uno. Hablaba mucho, muchísimo, a veces también sobre los cuadros, sin mirarlos. Y el grupo le miraba a él. Y él encantadísimo, gustándose.
Diré que además del pelo blanco y corto, también llevaba bufanda.

y también

Y decir también que me gusta mucho el Museo Picasso Málaga.

Y que siempre vuelvo. Y que es de lo mejor que tenemos allí. Y que me gustan los dibujos y las pinturas, y me gustan las litografías, los aguafuertes, y los jarrones, y los platos, y las esculturas..
Todo eso y un bote de Cristasol y guantes amarillos, que alguien se había olvidado encima de la vitrina de la sala temporal. Málaga auténtica.