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viernes, junio 30, 2006

28 palos

Hoy (22 de Junio) el núcleo deneb hemos celebrado mi vigésimo octavo cumpleaños con una cena consistente en toneladas de quesos y canapes adquiridos en Vait (no sé qué le ha dado a mi hermana con Vait últimamente, pero se frotan las manos cada vez que aparece por la tienda) y un solomillo muy serio hecho en su jugo al horno, con unas patatas, rodajas de tomate, cebolla y su chorrito de acetite de oliva. Brutales. De postre unos pasteles, de Vait también, que han generado la polémica del mes en mi entorno familiar. Nadie sabe cómo, pero yo me he comido siete pasteles mientras los demás han tocado sólo a cuatro. Esto ha provocado una airada discusión 3 contra 1 tras la que he sido derrotado y obligado a preparar las copas.

El tema de los cumpleaños, en mi familia es algo peculiar. Nunca le hemos dado una importancia excesiva a estos días, hasta el punto de que muchas veces se nos pasa el hacernos un obsequio, e incluso felicitarnos, y no nos damos ni cuenta ni nadie se siente ofendido. Intentamos hacer una comida rica y hacernos algún regalo, pero siempre de forma muy relajada. Si cae algo bien y si no también, es un rollo un poco testigo de jehová pero sin darle la brasa al resto del mundo. Eso sí, siempre procuramos hacer un papeo de calidad el fin de semana más cercano a la celebración en cuestión. El caso es que nos entusiama darle importancia a las comidas kelly-family. Al final mi abuela no ha venido porque la hemos llamado y se acababa de poner los rulos.

regalos:
una reproducción de "la joie de vivre" de Viki y Christian (que siguen en Italia)
ropa
un libro ("Conejo en el recuerdo" de Updike. buenísimo, como siempre)
chocolates (muchos)
unos gemelos de mi abuelo (que me lo ha dicho mi abuela)
y ya.

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